Reflexión para estos tiempos
Estamos todos en la misma tempestad, pero NO en el mismo barco.
🔴 Para algunos, la cuarentena es muy buena: momento de reflexión, de reconexión. Suave, en chancletas, con un whisky o un té.
Para otros, esto es una crisis desesperante.
🔴 Para algunos, una paz, tiempo de descanso, vacaciones.
Para otros, una tortura: ¿Cómo voy a pagar mis cuentas?
🔴 Algunos están ocupados en elegir una marca de chocolate para las pascuas.
Otros están preocupados por el pan para el fin de semana, si los fideos alcanzan para unos días más.
🔴Algunos están en el “home office” de su casa del country.
Otros están revolviendo basura para sobrevivir.
🔴Algunos quieren volver a trabajar porque se les está terminando el dinero.
Otros quieren matar a aquellos que rompen la cuarentena.
🔴Unos tienen fe en Dios y sus milagros.
Otros confían en la ciencia y una futura vacuna 💉 .
Cada cual saldrá, a su manera, de esa tempestad. Algunos, con el bronceado de la pileta … otros con cicatrices en el alma.
No menosprecies el dolor del otro si tú no lo sientes.
No juzgues la buena vida del otro, no condenes la mala vida del otro.
No juzguemos tanto a aquel que le falta, como así tampoco a aquel que le sobra.
Estamos en barcos distintos.
Cada cual que navegue su ruta con respeto y dignidad.
«Quédate en casa», es la premisa, el eslogan.
«Quédate en casa», dice el futbolista, abrazado a su esposa mientras sus hijos corren por los 400 metros cuadrados de su hogar.
«Quédate en casa», dice el político, mientras elige en cuál de sus propiedades pasará la cuarentena.
«La gente no entiende», dice la señora, mientras descargan en su puerta el cajón de fruta y verdura que compró online y pagó con su tarjeta.
Al margen, los barrios invisibles, las «casas» 4×4, de chapa y cartón, donde el frío es FRÍO y el calor abraza y marea.
Esas casas, donde lo que ganaste ayer, es la comida de hoy.
Donde, si no ganaste ayer, no hay comida hoy.
Donde se conocen las medidas sanitarias, pero es imposible cumplirlas. Con miedo, pero sin medios.
Sólo se intenta vivir, resistir, sobrevivir día a día.
El virus no nos hace iguales.
El virus pone en evidencia, aún más, la intolerancia, la apatía con que el sector privilegiado de esta sociedad mira a los que menos tienen.
«Quédate en tu casa», para cuidarnos entre todos: Se los acusa e interpela.
Afuera el virus, adentro el hambre, las caras de tus hijos, la decepción, la incertidumbre, la desesperanza.
La otra cara de La Moneda.
By: @agustin.c1